martes, 10 de febrero de 2015

Rain Man y las putas

Estaba viendo Rain Man por puro aburrimiento y al pensar en autistas y otros deficientes mentales, he evocado otras experiencias pasadas.
Y uno acaba dudando sobre si son muy tontos o muy listos.
Esta vena existencialista en mí a veces me hace descender a la oscuridad.
Porque cuando pasas con una prostituta unos meses y te cansas de ella y sus enfermedades, te das cuenta de que algo falla en los canales de comunicación. No hay forma de sacársela de encima por mucho asco que le hagas ver que sientes o el desprecio que le demuestras. Tal vez su padrone la instruía; pero no había brillo intelectual en su mirada.
Era inasequible a la humillación, imagino que como tenía el cerebro en el coño y el coño sucio no se enteraba. O tal vez era una habilidad de su profesión.
Ser probador de condones te hace experimentar lo más sórdido e indescifrable de la mente de las putas. Es un trabajo casi mentalista, además de un buen lubricante, necesitas un curso de perfeccionamiento personal por fascículos coleccionables.
Tal vez sí se enteraba y era hábil siendo puta... Por otro lado, cuando se reía parecía un burro...
Es que viendo Rain Man, se crean dudas. O tal vez los deficientes mentales tienen una escala de valores de un solo escalón: el picor genital que les lleva al dale que te pego convulso y sin elegancia.
Rain Man es solo una peli... Tengo que centrarme en el National Geographic, a ver si se aclaran estas dudas.
Voy a probar más condones que ha pasado la hora del desayuno ya. Y de paso fumo en mi departamento, que en el comedor no me dejan.
Asquerosos...

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