Como en una granja de gallinas ponedoras, atrasan o adelantan la hora para recordarnos que ellos: funcionarios poderosos y fascistas, son los que mandan sobre nuestro tiempo.
No tienen ni vergüenza ni respeto.
Ridículos funcionarios y ministros de falsas democracias.
En verano me la pelo a a las tres y en invierno a las dos; pero mi semen blanco y cremoso no varía, siempre es igual de apetecible. Que lo disfruten entre sus labios.
No acaban de encontrar el medio de someternos con total garantía.
Tic-tac, idiotas.
Buen sexo.
Iconoclasta