jueves, 1 de enero de 2009

Apadrinar un suicida

Dada la pena y el desdén político de los cobardes hipócritas europeos (rabian porque no han metido sus ejércitos en ese territorio, ni vendido armas a los judíos) que suscita la acción ofensiva israelí contra los fanáticos religiosos que se visten con humildes trajes repletos de humilde explosivo, pobres... Voy a apadrinar uno de esos humildes pastores de cabras que de vez en cuando explotan en mercados judíos o en restaurantes donde se celebran bodas judías, con una pequeña aportación anual. Me vestiré también de fariseo y defenderé el exótico y humilde fanatismo religioso y daré a mi ahijado unos kilos más de explosivo para que vaya directo a su paraíso montado encima de una alfombra de tejido orgánico sangrante. Será una bucólica imagen y me convertiré en un tolerante de pro.
Desde el portal de Belén, cientos de misiles señalan el lugar donde nace el niño dios.
Hasta las estrellas anunciadoras evolucionan.
Divino.


Buen sexo.
Iconoclasta

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Mi grandeza no reside en no haber caído nunca, sino en haberme levantado siempre" (Napoleón Bonaparte)

Parece como si Bonaparte hubiera estado pensando en Israel cuando lo dijo. En el Israel contemporáneo y en el histórico. En su obstinado apego a la vida. Lejaim.

En éstos días en que la vieja juedofobia europea empieza a asomar la patita y lo más florido de a progresía y la prensa nacional revive sin complejos los genes de Torquemada que dormitaban en el letargo de la España profunda, ávidos de prender hogueras y nostálgicos de prsecuciones y diásporas, sólo puedo dedicarles mi más sonora pedorreta acompañando otra cita que no es de Napoleón sino del más prolífico autor de citas y obras maestras de la literatura, la música y las artes plásticas:

"Hamás jamás jamará jamón"(Anónimo)

Shalom

Iconoclasta dijo...

Yo también creo en ese apego a la vida de la que hacen gala.
Mi admiración por esa gente que genera envidias y odio, y que le han arrancado una ciudad al desierto con un par.
Y eso rodeados de hostilidad... Hay que tener cojones.
Y son esos cojones los que provocan ahora las fobias de los cobardes. España con el patético Zapatero como representante de de pobres y parados, ha entrado con derecho propio en el club de los más cobardes, a pesar de que hace unos años, unos fanáticos integristas mataron a un montón de gente inocente que iba a trabajar o estudiar en tren.
Me quedo con esa cita de Napoleón para mi uso y disfrute. La escribiré a continuación de la que tenía de Churchill: Debían elegir entre el deshonor y la guerra; eligieron el deshonor y por tanto, la guerra.
Shalom (saludo que no te pega nada con ese Nick que evoca a los Chichos, rumberos por los que incluso rezaría por no oírlos jamás).
Buen sexo, Rumba Lolailo.