miércoles, 10 de junio de 2020

Con el coronavirus salieron del armario


Gracias al coronavirus los cobardes han salido del armario después de haber estado escondidos meses en sus casas, atentos a las consignas televisadas del Régimen Español. Lo han hecho sin ningún tipo de pudor y alardeando con absoluto orgullo de su cobardía. Como si de danzarines y vanidosos travelos, maricas y tortilleras se tratara en su señalado día.
Es tan decadente la sociedad española que ha llegado al extremo de alabar la cobardía como virtud con un vergonzoso “quédate en casa y no hagas nada, cabestro”. La ignorante población española mayoritariamente ha aceptado sin rechistar, con sumisión total las consignas del Régimen Fascista del Coronavirus.
La represión ha sido ampliamente aceptada por una sociedad estática y pusilánime que básicamente se siente bien en cualquier prisión siempre y cuando tenga televisor, teléfono y además, forme parte de un gran número de reses en la misma situación.
Nunca un país ha sido tan indigno como España y sus españoles confinados y aplaudiendo cuando así lo exigía la autoridad dictatorial.
Y ahora, con el organismo débil por la inmovilidad solo se atreven a salir a la calle con un bozal, para enfermarse aún más. Usan en masa sus mascarillas aunque tengan a su alrededor veinte kilómetros libres de “distancia social”.
España no tiene una “nueva normalidad”, se trata de una “subnormalidad enfermiza y cobarde”.
Y la vejez, pegada todo el día a su nuevo oráculo sagrado imbécil (la televisión prostituta del Régimen Español), no ha podido caer más bajo en sus niveles de dignidad.
Ojalá se hicieran epidemiológicos los tumores cerebrales y que solo decapitando a los idiotas, se pudiera evitar su transmisión; pero tumores rápidos que mataran en treinta horas a lo sumo. Sería ideal para evitar que se reprodujeran mientras se les administra morfina para bien morir o hasta que les toca turno para una piadosa lobotomía.

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