martes, 8 de enero de 2019

Tan valientes


Son tan valientes…
 Aguantan todo ese frío y congelación sin gritar piedad a dioses o ministros.
 No rezan para que llegue el calor.
 Mantienen sus colores y texturas con la misma fuerza con la que el planeta intenta congelarlas; pero solo consigue embellecerlas más.
 Hay quien dirá que no gritan porque no pueden, pero si moviera su perezoso culo fuera del caliente y mullido asiento al gélido bosque, y se acercara a ellas; sentiría la fuerza y la serenidad que de ellas dimana.
 Su arrojo y fuerza causan una silenciosa e incómoda vergüenza a muchos necios humanos.
 La helada no hace más que mantenerlas más vivas, más hermosas.
 David contra Goliat. Yo contra Dios…
 Con nosotros el frío hace pálidos cadáveres de matadero. Nada que ver con la elegancia de esas pequeñas hojas, flores y hierbas vestidas de blanco cristal.
 Solo temo que las pisen y se rompan como vidrio, en un tierno crujido que si te acercas lo suficiente, es un adiós inaudible.

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