martes, 2 de octubre de 2018

Un cielo para pocos


Hoy había en mi territorio un cielo espectacular. Y admirándolo he reflexionado profundamente.
Si alguien muere riendo, irá al infierno por guasón.
Si alguien muere llorando, irá al infierno por patético.
Y el que no haga aspavientos y permanezca sereno, irá al infierno por insensible y borde.
Solo los que puedan pagar una pornográfica cantidad de dinero podrán acceder al cielo, como lo hacen los que quieren dedicarse a la política profesionalmente y han de pagar una buena pasta por unas cientos de miles de firmas que los avalen y poder presentarse como candidatos para alguna mierda.
Por esta razón hay tan pocos en el cielo y son tan hijoputas.
Y está bien que sean escasos, no me gustaría ver un cerdo volando en estos instantes de belleza.

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