sábado, 7 de julio de 2018

Ni el mal ni el bien


Si no existe dios, no existe el diablo. Y no existe la bondad ni la maldad.
Y todo queda en una broma, en un chiste, en un tatuaje romántico que evoca fantasía en lugar de la asfixiante mediocridad que me envenena.
La prueba de la inexistencia de dios y la bondad, es que yo estoy vivo. No tengo maldad; pero soy malo, el tatuaje lo indica, es alarde y vanidad.
Aunque a estas alturas de la vida apenas existo también.
Y bueno, mejor malo que mediocre.

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