miércoles, 6 de diciembre de 2017

Ranas extraterrestres


A veces creo que sin darme cuenta, he sido abducido por seres psicodélicos a un planeta extraño. No sé si me sondan o no. No quiero hablar de ese tema, me provoca sarpullidos en el cerebro.
Y allí las ranas son del tamaño de un cerdo, coloridas, buenas escaladoras y alguna usa teléfono.
Y luego pienso que si en lugar de una tapa de champiñones al ajillo, me han servido una de peyote. Entonces sería lógico que las viera aunque no me hubieran abducido. Lo cual es un descanso porque evito la molestia de que me metan una sonda anal, que es básicamente lo que más me preocupa del problema extraterrestre.
¡Y qué ojazos tienen los batracios!
Hay momentos tan surrealistas, que en lugar de reír estúpidamente colocado, dan ganas de ir a un psiquiatra de urgencia.
Y fumar.

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