Si no se
tiene criterio propio y una buena formación intelectual, al escuchar a un
político corres el riesgo de creerle.
Porque el
político miente. Y miente la mentira para disfrazarla.
Es la
naturaleza de la política.
Para una
sola verdad, los políticos mienten dos veces.
No es una
negación matemática, dos veces no, no es sí. Porque una mentira no es negativa,
ni por metáfora.
Es lo que
tienen las matemáticas, son irrefutables y la oratoria de los ambiciosos,
cuestionable hasta en los silencios.
La mentira
es una herramienta, algo necesario. Puede ser protección y fraude.
La mentira,
simplemente es otra afirmación más.
No hay nada
tan irracional y a la vez tan obvio como la ambición política.
No hay nada
más obvio y manejable, que el comportamiento de la masa humana.
Para captar
las mentiras de la boca del político, si no eres un tanto hábil mentalmente;
precisas los servicios de un torturador experimentado.
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