sábado, 15 de julio de 2017

El cuerpo


Soy un torso diferente al de Cristo.
No busco redimir a nadie ni predicar amor gratuito.
Yo extiendo mis brazos para soportar el peso de la vida.
Y cuanto más pesa, más fuerte me hace.
Llegará el momento de romperse, los huesos de los brazos y el pecho estallarán en una nube de astillas; como madera seca...
Bien. Mejor que morir aplastado lenta y anodinamente.
Sin cuerpo mi pensamiento sería un vapor nada más. Debo forzarlo para que quepan dentro más ideas, más trascendencia.
Más obscenidad, más paranoia.
No tengo otra cosa que hacer mientras muero.

No hay comentarios: