He subido muy arriba, he quedado colgado de algo que no controlo
y no he sido feliz. Las alturas son para los insectos y los pájaros; para mí es
la ardiente tierra, aunque me joda.
Subir a la noria de observación más alta del mundo me ha convertido
en un prisionero de mi miedo. Me ha refirmado en mi naturaleza terrena y pragmática:
soy una bestia de tierra. Mi libertad jamás
estará en el cielo.
Luego he vomitado y al acabar de fumar he pisado con fuerza la
colilla y la tierra ha temblado.
Si algún dios está en el cielo,
que se meta en el culo su divinidad.
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