Es normal, España tiene algo muy de ella desde generaciones inmemoriales: una casta de políticos provincianos, endogámicos y los actuales además, de rancio fascismo mesiánico, penitenciario sanitario y un homosexualismo feroz. España es un estado gobernado por chorizos, palurdos, analfabetos y corruptos hasta la septicemia.
Y por lo tanto no pueden ser sutiles con sus robos, extorsiones, acosos y corrupciones. El dinero se encuentra en los impuestos de usura y extorsión de la carne.
Por ello vas a pagar por la “venenosa carne” y el pescado de los maricones en el gobierno, lo mismo que de gas. Además, doctrinalmente el cabestro español debería comer mierda y no carne ni pescado ni azúcares que lo fortalezcan, según las prédicas de los jerarcas nazis del gobierno de este gran estado de pleno derecho que es la España Cotolengo.
Un pueblo débil y lerdo es un pueblo manso que votará de nuevo el fascismo que le enseña qué comer y qué pensar.
Por otra parte tiene razón el pueblo endogámico español: “¿Avé, pakela liverta si nosabria kase koneya ies enfermedá?”. (Y es que gracias a los programas de mensajería, los españoles aprendieron a teclear frases con más de tres palabras, aunque no acaban de entender el uso del corrector predictivo).