Va a llover y es bueno. Aunque no sea un buen detergente, la lluvia consigue arrastrar con cierto alivio la horrible pátina de cobardía y mezquindad que me salpica desde los otros, los ajenos. Los que no quiero, los que desprecio, los que odio.
Que mal cáncer los mate, ese que una mascarilla no puede evitar.
Va a llover y no será lluvia radiactiva, ni tan siquiera ácida.
La humanidad tiene una suerte que no se merece, como la de los idiotas.
Lloverá pronto porque los colores del planeta son mates y saturados.
El verano está muriendo, todo concuerda.
Es perfecto, aunque no del todo satisfactorio.
Imagino millones de humanos mirando al cielo con el cuello y la boca abierta, inmovilizada por una enfermedad neurológica, por envenenamiento o por clavos en la quijada.
E imagino la lluvia ahogándolos, lenta y temible.
Ellos lloran sin posibilidad de salvación y a medida que sus pulmones se anegan escupen el agua que les vuelve a entrar, y así hasta morir.
A medida que se aproximan las pesadas nubes, mi humor mejora.
Debería haber un día mundial de la lluvia justiciera y reparadora.
Y que a los muertos no se les ponga nombre.
Lo que nace anodino, anodino es su cadáver.
“Más de ocho millones de alumnos comienzan a partir de esta semana un curso escolar en el que no podrán darse abrazos, ni jugar al balón, ni compartir el bocadillo. Tras medio año sin pisar un aula, los padres volverán a llevar estos días a sus hijos al colegio con incertidumbre y temor al contagio por Covid-19.”
Menudo drama de mierda. Pobrecillos…
El miedo a un resfriado del coronavirus supera con mucho al del cáncer genital, e incluso a la leucemia galopante.
Lo que deben temer es que sus padres y profesores les contagien esa tremenda cobardía que ha permitido el robo de la libertad durante meses y el uso de una mascarilla que debilita y enferma y hace res a quien la lleva.
Ocho millones es mucho, son varias generaciones que van a transmitir el virus de la cobardía y la mezquindad. Ocho millones son los suficientes como para estropear todo un grupo autóctono humano para siempre.
Porque cuando se reproduzcan, tendrán otros pequeños mamones cobardes que empezarán su desarrollo con ese germen de la mezquindad como parte de su genética.
Bueno, a mí me suda la polla; es por este vicio de escribir sobre la gran miseria humana que inevitablemente ha llevado a una decadencia vergonzosa e indigna.
Que se jodan y se resfríen.
Con este asunto del pavor al resfriado del coronavirus, hay padres que no quieren que sus hijos acudan al colegio.
Y la ministra de educación del Nuevo y Normal Fascismo Español, ha dicho que se tomarán medidas contra esas madres y padres miedosos.
Dejando aparte la indignidad de este pánico histérico y fácil que lleva a entrar en histeria a lo más cobarde de esta decadente sociedad; tengo que decir que: una puta mierda.
Ningún fascista asqueroso me va a decir cómo, cuándo y dónde voy a educar a mi hijo.
Es mi hijo y yo mando y ordeno en lo referente a su formación; cualquier otra injerencia es motivo justificado de violencia.
Que los dictadores del gobierno español y toda su banda de perros rabiosos follen más para tener hijos a los que adoctrinar y castrar. En definitiva: si los niños y niñas han salido de sus coños y pollas, que hagan lo que quieran con ellos.
Y si los genitales no les funcionan, que le compren niños y niñas a su amo y amigo: el gobierno chino; que tiene superávit de esas cosas, ya que al final los sobrantes acaban sirviendo de abono en los arrozales.
Por lo demás, en mi hijo solo mando yo. Y mando muy bien y soy más inteligente y sabio que cualquier hijoputa fascista del gobierno español.
Hace unos meses, esta tipa también dijo (por la polémica de adoctrinar a la infancia en la escuela sobre lo bueno, ventajoso y sano que es ser transexual): “Los hijos no son de los padres”, queriendo así, zanjar la polémica. Solo le faltó decretarlo en el BOE.
Bien, pues si a ella no le ha salido ningún niño del coño, que calle la hitleriana y no diga más estupideces fascistas. Y si los ha tenido, que use el cerebro en lugar del culo para pensar lo que dice.
Porque a mi hijo no lo educa ni dios si existiera.
Según las reglas de la nueva normalidad del fascismo español del coronavirus, las putas pueden quitarse la mascarilla para hacer una mamada al igual que, en un bar los clientes se la quitan para comer patatas bravas, berberechos, chapulines, etc…
En lugar de follar cara a cara, que se la metan por detrás y asunto arreglado y no tienen porque recibir el aliento del cliente en la jeta.
O sea, que es su decisión; pero no necesitan ayuda de ningún tipo.
Lo mejor que pueden hacer, es dedicarse únicamente al anal, tipo perro; siempre por la retaguardia. Y en lugar de la mamada, dedicarse exclusivamente al beso negro.
Y es que todo son ventajas en el anal, porque el culo es una zona que no es precisamente delicada y así pueden limpiarla con estropajo y lavavajillas hasta que sangre y brille, para comérselo con total tranquilidad y profilaxis.
Es que las putas tienen muy poca imaginación. Deberían ver buen cine porno habitualmente para adquirir los conocimientos que la falta de sentido común les niega.
La reproducción masiva de ratas y humanos siempre ha traído problemas al resto de las especies del planeta.
Los actuales raticidas y coronavirus no pueden solucionar el problema, es querer vaciar el mar con un cubo infantil.
La solución, sin duda alguna, está en la irrupción de una nueva era geológica que sea realmente traumática, como por ejemplo: que lluevan camiones de gran tonelaje y cerdos de cuatrocientos kilos a todas horas hasta que no queden ratas ni primates de la especie humana.
Algo como lo que extinguió (si fue verdad, ya apenas puedo creer nada de lo que esta sucia sociedad intentó enseñarme) a los dinosaurios.
Hay que tener paciencia, porque al igual que ocurre con las distancias cósmicas, las eras geológicas son inabarcables para las mentes humanas y ratoniles.
Dios es simplemente un reloj defectuoso (en el caso de que existiera, claro. A veces es bueno y edificante ejercer la retórica o mentira piadosa).
Eso es que todos los encuestados son de esos que dicen que con Franco se vivía mejor.
Si tuvieran libertad no sabrían que hacer con ella; así que mejor para ellos tener a un dictador o conjunto de ellos para que les digan qué comer, a quien follar, como educar a sus hijos y sobre todo cómo respirar.
Qué mala es la ignorancia y la mezquindad humana; que junto a la envidia, son plaga.
Un estudio idiota, hecho por idiotas en tiempos de coronavirus.
Porque ya de pequeño sabía yo que el sarampión, paperas, varicela, gripe, etc…; se las podía contagiar a mis padres y afortunadamente, al resto de mayores que se cruzara en mi camino.
Lo del asintomático es otra mierda más del fascismo: “Si no está enfermo, se le puede acusar de ser enfermo asintomático. Y si no tiene sida, es porque también es asintomático”.
Son unos hijoputas.
¿Realmente es necesario publicar tantas imbecilidades superfluas aunque el fascismo español les pague por ello?
¿Dónde está la dignidad?
¿Es buen momento para invertir en la compra de imbéciles? Decididamente sí, hay tantos que van a precio de abono para el campo de calidad podrida.
Observando la naturaleza y el mundo rural, de una forma totalmente espontánea y natural te das cuenta de que es más fácil controlar y contar el número de reses humanas que las vacunas.
Las humanas están siempre apelotonadas entre sí y las vacas dispersas, a su aire y silenciosas.
Con las ovejas no pasa lo mismo, son como los humanos: se juntan una contra otras y balan aburridas.
La metáfora despectiva de “borregada” como grupo humano, no es gratuita y totalmente precisa.
“El gallinero” también es una buena y exacta metáfora para referirse a un grupo de humanos cacareando.
El mundo rural y sus metáforas son apasionantes e hilarantes.
Aunque a veces no me río y me pregunto cuando cargaran a las chillonas reses en un camión hacia el matadero.
Porque para apartar cerdos y matarlos si están enfermos, o bien encerrarlos en sus pocilgas hasta que se mueran de asco, no se requiere ser epidemiólogo.
Y por lo único famoso que puede ser el indigente Simón, es por las mentiras que cuenta para sus amos del gobierno fascista español, tantas como tonterías cuenta Torrente en cualquiera de sus películas.
Ahora resulta que a los timadores los llaman epidemiólogos.
Pinche fascismo…
Por lo que respecta al tal Sutton, no sé quien es y me suda la polla quien quiera que sea.
Quién iba a decir que serían los jueces los verdaderos demócratas, los que plantan cara al gobierno cobarde fascista español y sus caciques autonómicos, auténticos talibanes contra la libertad.
Quién iba a decir que un juez sentenciara que la cobardía desmesurada no justifica estrangular las más básicas libertades, entre ellas la salud. Las mascarillas son la forma más vil y rastrera de minar la libertad y la salud pública.
Ahora el juez de Ciudad Real, debería dictar orden de prisión contra los políticos fascistas cobardes y las familias colaboracionistas en el robo de las libertades.
Debería dictar prisión contra el gobierno español y los presidentes autonómicos por el genocidio cometido durante la prisión que decretaron como confinamiento y que mató a miles de personas que precisaban atención médica por afecciones mucho peores que un simple coronavirus.
Bravo por el juez, su decencia y sentido común libre de la cobardía que infecta a España como el peor virus.
No dormita pegado al ordenador por protección o por el calor que proporciona.
Está ahí porque mi gato tiene una inteligencia superior (no a la mía, dado el pequeño tamaño de su cerebro). Y como es lógico, adora todo lo que escribo, absolutamente todo; y quiere ser el primero en leer mis textos.
Luego discutimos sobre existencialismo, violencia, sexo y reproducción con Cocacola y tabaco.
Dicen los orientales que los gatos atraen la riqueza y el bienestar. Esos amarillos chillones no saben lo que dicen, no tengo una mierda de riqueza.
Me basta con que Murf sea un buen tertuliano.
Lo que no existe en tu especie, debes buscarlo en otra menos banal y cobarde en sus expresiones y actos.
Es muy grato saber que una especie animal permanece pura e incontaminada a pesar de llevar tanto tiempo entre humanos.
Ocurre simplemente que los gatos han aprendido de los humanos todo aquello que no debe hacerse o es indecente. Aunque me pregunto si no se le secará el cerebro de tanto dormir tan pegado a mi poderoso oráculo del saber.
Vamos a ver, que nadie se asuste o sienta una pena injustificada llevados por el amarillismo y populismo de la noticia.
Quien ha sido un cerdo de joven, cuando llega a viejo, es el triple de cerdo, más malo.
Los ancianos, por una simple cuestión de edad, no están exentos de ser unos auténticos hijos de puta, ni transmitir lástima gratuitamente.
Posiblemente la vieja de la noticia tuviera una buena carga vírica de hijoputería y mezquindad y le dieron lo que se merecía. O sea, que las empleadas debían estar hasta el coño de la tipa.
También sé que hay jóvenes despreciables; pero en lo que se refiere a esta noticia; no voy a cometer la ingenuidad de creerlo por un video de mierda adjunto, que seguramente estará amañado para crear esa misma noticia en estos tiempos de cobardía coronavírica.
El respeto no se gana por edad, se gana por decencia.
Es vergonzoso que los padres, en lugar de ánimo, valor y determinación; inculquen a sus hijos cobardía, pereza y servilismo.
¿Qué pensarían aquellos monos de los que descendemos, si un humano de esta repugnante sociedad, se negara a buscar comida por miedo a los leones, lobos y otras bestias?
La decadencia es tan grande que encuentro necesaria la extinción humana, es indigno pertenecer a esta especie.
Con toda probabilidad, los decadentes endogámicos cagados de miedo, creen que quedándose en casa el coronavirus se irá aburrido a otra galaxia, o a otro país. Porque España, está visto, es el número uno de los países cobardes y mezquinos. Justo por eso, es el más venenoso para la salud; por su cobardía y desidia.
El coronavirus se quedará como una enfermedad endémica más, como la gripe, la malaria, la lepra, el ébola…
Ser tan cobarde y enseñar a los hijos a ser igual debería estar castigado con castigos corporales y esterilización.
La decadencia de esta mezquina sociedad alimenta mi violencia misántropa hasta límites cada vez más difíciles de controlar.
Que metan a sus hijos encerrados en bolsas selladas al vacío, no te jode.
O tal vez quieran un profesor por domicilio.
Ridículos analfabetos palurdos…
El barbudo de mirada triste se me acercó alzando una mano a modo de saludo, en la palma tenía una vieja cicatriz circular, como si le hubieran clavado algo.
Y díjome sin mascarilla, con pesar:
- Son tiempos de enfermedad y dolor.
Y díjele yo con un calor que te cagas, sin mascarilla, displicente:
- Toma dos euros y déjame en paz.
Le deposité la moneda en la palma de la mano que, cubrió su cicatriz perfectamente.
Y continuó su camino con un suspiro.
Yonquis…