sábado, 20 de enero de 2024

tg--El amor, una tradición más--ic

 

La concepción del amor no varía en función de las condiciones climáticas o del Estado; pero no deja de ser una teoría más.

La chusma ha aprendido a amar por decreto y según convenga, según se perciba por lo alborotado de su sistema hormonal (cosa, hembra o macho), o simplemente haya leído o escuchado una homilía de los preceptos de género y sus bondades que el Estado predica. Con lo cual, se corre el riesgo de enamorarse de un hombre-loba o una hiena-hombre, por decir algo jocoso e ingenioso.

Podría parecer inquietante; pero al igual que torturar a inexistentes brujas, quemarlas y disfrutar formando festejo vecinal por ello, la iteración pasa a ser rápidamente tradición en el imaginario del populacho.

Como escupir a los judíos por la calle (por decir lo mínimo) en el siglo pasado aún no hace cien años, por citar algo más actual que las brujas.

A nadie le extrañaba y todos los no judíos (o alemanes de pura cepa) lo hacían con voracidad.

Tal vez, amar ahora sea un acto de redes sociales en internet regulado por el Estado Fascista instaurado mediante una epidemia de coronavirus, por ejemplo.

Como se aman las amebas, casi eléctricamente.

Yo sigo amando como fumo, a pleno pulmón cueste lo que cueste haga frío o calor. E independientemente del puto Estado; reconozco ser un paria asocial disminuido.

Aún me alimento de carne y supero a las amebas en la cadena trófica.

No hay comentarios: