miércoles, 22 de enero de 2020

Si Dios hubiera querido


Si Dios hubiera querido que los árboles nadaran, les habría dotado de agallas y gafas anticloro y antimierda. Incluso un bañador, aunque no fuera muy llamativo.
No quisiera reírme cruelmente; pero parecía que los árboles decían: ¡Uy uy uy uy…!
Para que luego digan que tengo la empatía en las uñas de los pies. Soy como Dios el indolente; pero ingenioso y gracioso.
Y sin matar a nadie.

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