jueves, 23 de enero de 2020

Murf el locuaz


De menuda me he librado: no he necesitado pagar a un logopeda.
Murf habla hasta por los codos si tuviera. De cualquier forma, es inevitable invertir en analgésicos cuando se siente demasiado locuaz.
Sí, ya sé, es tan absurdo que solo me falta ver a dos curas tirando de un burro muerto en el salón de casa. Puedo entender porque Buñuel y Dalí realizaron aquello del perro andaluz.
¿Es que no había perros catalanes o qué? Es un asco… Siempre discriminando a la catalanidad. No tienen ni tuvieron corazón.

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