miércoles, 25 de mayo de 2016

Urbanismo



Algún "fumao" diría que pareciera un tótem con aires subliminalmente fálicos. A mí me parece una farola fea de cojones.
Con ese hierro me pasa como a los perros con los árboles, me dan ganas de mearla. Y no sé si es por darle algo de interés con mi lluvia dorada o simplemente es que soy así de despreciativo hacia el urbanismo.
También serviría de poste tribal para azotar a alguna autoridad municipal.
Hay tantas cosas que pueden hacerse con una simple y férrea estupidez...

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