viernes, 13 de junio de 2014

El alimento de la Oscura


Mi Dama Oscura se alimenta furiosa y peligrosa con Cristo, como si fuera cereal a las mañanas.
Y luego se relaja.
Ocurre exactamente lo mismo con mi miembro cuando se lo come, cuando me lo desgarra y el dolor me hace rugir como un animal en celo. La sangre de mi bálano erecto, henchido de sangre, satisface su paladar y su piel cuando rasga las venas con sus dientes.
Es mi regalo para ella, un Cristo como entrante, mi rabo ensangrentado como plato fuerte.
Es preciosa cuando come y cuando luce satisfecha y bañada en sangre. Le arrancaría la cabeza por hacerme desearla tanto. Porque matar lo bello es mi fin y mi voluntad; pero es mía.
Vosotros siempre sois sacrificables, primates. No os fiéis.
Siempre sangriento: 666.

(Iconoclasta)

Modelo: Aragggón.

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