Así que cuando consigas tu ansiada soledad, rompe los espejos.
Paga por cada mamada o follada, no lo estropees.
Y sobre todo, no repitas con la misma puta aunque sea una asiática con el vello púbico excitantemente lacio y suave que se empapa y queda a ambos lados en un orden perfecto, un vello que apenas oculta una vulva de hermosos y gruesos labios. Un coño digno de echarle unos millones de fotos para tu muro del feis y luego mastur...
Otra vez divagando... Si es que la soledad es una fuente inagotable de inspiración.
Bueno está bien, se permite hacerlo tres veces con la asiática, tampoco tenemos que ser talibanes o ultra ortodoxos de nuestras propias convicciones.
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