domingo, 20 de noviembre de 2016

El consuelo de la muerte


El único consuelo que ofrece la muerte, es que a todo el mundo, independientemente de su riqueza o poder, de su libertad o esclavitud; convierte en carne putrefacta.
O sea, es la hostia puta de justa e indiferente al dinero.
Cosa que es de agradecer, porque soy pobre de mierda.
Y todo lo que tuvieron o no pudieron conseguir, se queda para los vivos que con gusto, parasitarán los despojos de toda una vida.
Haz lo que te salga de las pelotas porque siempre te joderán.
Y al final, alguien como yo se reirá de vuestras bondades y esfuerzos.
No tiene nada de malo, no estaréis presentes, no existiréis en ninguna dimensión para sentiros ofendidos por mi sarcasmo nada sutil.
Y cuando yo muera, ídem, por mí como si os hacéis una paja.
La sabiduría popular viene a decir lo mismo que yo sobre la muerte; pero tiene miedo de que sea verdad. Todo rebaño, toda manada, es un conjunto de cobardías y dependencias que se rozan mientras pacen.
A mí me encanta dar la razón a la verdad que intenta esquivar la chusma con su sabiduría gruesa y burda.
A ver cuántos muertos se han manifestado en sus muros de las redes sociales...
Mierda, cuanto más escribo de idiotas, más insultos se me ocurren.
Me voy a fumar.

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