jueves, 2 de octubre de 2014

Gótico

Es la medianoche, la casa está silenciosa, las gatas inmóviles como estatuas me miran con sus grandes pupilas dilatadas.
Llueve... Bendita lluvia que oculta el tic-tac monótono del reloj de la pared.
El cigarro crepita al aspirar y todo es perfecto.
Tras mi espalda no hay nada, solo la casa oscura.
El sonido de mis dedos tecleando, se funde con los regueros de agua que caen del tejado
Protagonizo una escena de soledad que escribí en algún momento.
Soy un gótico, un maldito sin miedo que disfruta lo que nadie quiere.
Somos yo y la noche.
Como en un cuento de misterio.
A veces la imaginación se hace realidad. Y está bien.

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