jueves, 22 de mayo de 2014

La caótica existencia


Existimos de una forma caótica, azarosa, ilógica y sin ética.
Moral sí, la que dictan.
Dios es una letrina. Las iglesias, mezquitas, sinagogas y pagodas son grandes vertederos de mentes esclavas y anodinas.
No ganan los más fuertes, solo los más envidiosos (la ambición es una consecuencia de la envidia). Los rastreros arribistas copan el poder y los millonarios creen que su inteligencia tiene la misma magnitud que su fortuna.
La justicia y la ética tienen la trascendencia de un condón usado.
Los deportistas de élite son multimillonarios por nada.
Soy un degenerado. ¿Cómo puedo follar entre tanta mierda?
Mi degeneración no es la envidia, ni la ambición, ni la falta de inteligencia. Mi degeneración es la indiferencia y mi amor por mí.
Y cuando eyaculo no tengo escrúpulos de ningún tipo para pensar que eyaculo en la faz de toda la humanidad, salpico mi indiferencia sin orden, como un cura maneja el hisopo.
Corriéndome soy como la existencia, así de caótico, así de azaroso.
Con un odio tal, que podría ser venenoso mi semen y no me sorprendería.

Mi esterilidad es digna de orgullo.

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