Es un problema tener una criatura y no saber si tiene pene o “coñe”.
Y además, tal como están las cosas, habrá adoctrinado a su cosa (hijo o hija) con la “e” que es neutra y rara. Y sobre todo muy in. Le diría continuamente mamá/e a su cosa: ¿Tú queer quieres ser de mayor a, o ó e? Porque con la e te lo pasarás orgullosamente chachi. Pero tú haz lo que quieras, Emme”.
Y así día tras día, tras día, tras día, tres díe, tres díe…
Supongo que debe ser niña y le han cambiado Emma por Emme para optar a un Nobel Orgulloso o cualquier otra condecoración a las rarezas. Cabe la posibilidad de que fuera niño y se llamara Emmo, pero no sé, no me convence.
Lo que sea para dar la nota, incluso a costa de avergonzar a la criatura delante de todo el mundo.
¿Han vuelto aquellas crueles ferias de monstruos, como las que exhibían cosas como el hombre elefante?
Llamar a su cosa (hijo o hija) con ese nombre tan raro y cacofónico ante todo el respetable, debió dar que pensar que la maciza mamé tendría algo pegado en el paladar y no podía hablar bien.
Y está claro que tanta anestesia de cirugía plástica ha dejado algún daño cerebral, como les ocurre a los boxeadores con demasiados KOs
Si es que por mucho dinero que tengas, el cerebro no se regenera como antes.