sábado, 27 de julio de 2019

La suerte de los idiotas


Se dice que las cucarachas y tal vez las ratas, serán los seres que sobrevivan con más éxito y comodidad a una catástrofe nuclear planetaria.
Se equivocan. Se equivocan del todo: las/os (me encantan las hipocresías inclusivas cuando ofendo) idiotas se reproducen más que las ratas, comen mierda y no se mueren. O al menos su tasa de mortalidad es tan baja que resulta desasosegador para la evolución de la especie humana. Pero sobre todo, lo que los salvará de un modo definitivo de morir y eternizar así la estupidez es: la suerte.
Todos los tontos del mundo tienen una suerte del carajo.
Y es que puedes verlos, oírlos y apedrearlos todos los días. Como si el planeta se empeñara en premiar y eternizar la imbecilidad; los más idiotas copan los puestos de trabajo mejor remunerados y con más responsabilidad. Los encuentras en los puestos estratégicos de los gobiernos y en todas las oficinas de atención al cliente y juzgados. Y en los colegios, como docentes, se sienten como pez en el agua.
Las estadísticas dicen que si metes en una picadora de carne a diez mil seres humanos, el porcentaje de pura carne picada de idiota sería del 98 %. Siempre pecando de optimistas, los que calculan las estadísticas no ven su propia giba.
Aun así, a pesar de toda esa suerte imbécil, no deja de ser una tragedia que sobrevivan a las ratas y las cucarachas.

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