sábado, 22 de agosto de 2015

El graffiti


En principio creí que se trataba de garabatos rupestres de cuando el hombre arrastraba los nudillos por el suelo; pero al leerlo con atención y descifrarlo tras un largo rato, he salido corriendo en la dirección indicada por la flecha amarilla. He atravesado campos para no desviarme del rumbo marcado y por ello he recibido más de siete descargas eléctricas de las putas alambradas. He pisado quince cagadas de vaca, me he mojado los pies cruzando un arroyo, he resbalado y arrastrado el culo por un talud y al final he llegado a una carnicería con carnicero, ni un solo rastro de carnicera. Allí no había esperanza de sexo, al menos del que a mí me gusta.
¡A ver, hijoputas! No se puede ilusionar a la gente así para nada. El próximo grafiti os lo escribís en el culo con mierda. Idiotas.

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