Se hace difícil imaginar que tras este drama sin fin, ocurran instantes de alegría.
Que me perdonen mis padres muertos por estas risas, no es por vosotros, amigos míos.
Así no hay quien se aclare. Menos mal que existe el cáncer y el dolor como prueba de que uno está vivo.
La capacidad de olvidar es un arma defensiva y quien carece de ella, muere día a día bajo el peso de las horas. Agonizando a cada segundo.
Y el dolor llena la vida, o la muerte...
Esto... ¿Cómo me llamo?
Un chiste:
-¿Qué animal no tiene brazos, piernas, se arrastra, no habla y es ciego?
-El de Johnny cogió su fusil.
Me parto (perdón a los que morís).
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