viernes, 22 de noviembre de 2013

El sexo y los tamaleros.

Te despiertas aún con el sabor de su coño en la boca y la lengua entumecida. Y en apenas unos segundos toda la magia y el glamour del cunillingus se esfuma con la jodida grabación a toda hostia de volumen de un tamalero que aún no se ha dado cuenta de que es horario de invierno.
¿Dónde están los pinches relojes digitales que regala Boing por la compra de 367 botellas de 3 l. de sabor a toronja?
Estamos abandonados...

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