jueves, 14 de noviembre de 2013

Dos piedras.

Tengo dos piedras que aún no sé muy bien para que sirven, pero si alguien las ha dejado en el camino para que me masturbe con ellas, lo haré. El placer siempre es bueno aunque sangre.
No soy delicado, ni nadie lo es.
Los hay que encuentran excrementos secos y su imaginación les hace creer que son bolas de algodón y se frotan con ellas gimiendo como animales.
No hay nadie delicado, solo los hay estúpidos en mayor o menor grado.

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