
Superman se encuentra sobrevolando Metrópolis en plan segureta, cuando ve a Superwoman despatarrada y en pelotas en el tejado del palacio de justicia.
-¡Ya está! Me lanzo en picado contra ella, se la meto a velocidad supersónica y me largo antes de que se entere de lo que ha pasado.
Y así lo hace: se lanza en picado con los calzones bajados y zis-zas-zis-zas-zis-zas... Se corre en menos de dos segundos y se larga perdiéndose en la estratosfera.
-¿Pero qué coño ha sido eso? -pegunta Superwoman.
-No lo sé; pero me ha destrozado el ojete -le responde el hombre invisible.
(Película: El hombre sin sombra, de Paul Verhoeven, 2000)
Es que me parto.
Buen sexo.
Iconoclasta
No hay comentarios:
Publicar un comentario