
Los antiguos egipcios tanto esmerarse en el momento de la muerte para encontrarse con sus dioses y resulta que han acabado en vitrinas y los únicos que los miramos y hacemos caso, somos nosotros, esclavos de nuestro tiempo.
Tantos dioses y tantas esperanzas para nada.
No les sirvieron de nada sus vísceras envasadas.
La vida es una bromista.
Que Isis os acoja.
Buen sexo.
Iconoclasta
No hay comentarios:
Publicar un comentario