Somos dos buenos amigos, los fracasados nos reconocemos y nos saludamos en el camino sin importar cuánto y en qué hemos fallado.
Es normal que la naturaleza cometa más errores que yo: es más grande y más vieja.
Es cuestión de proporciones.
Si consigo hacer las suficientes cosas mal antes de morir, tal vez me haga divinidad.
No hay que fiarse del amarillismo y la hagiografía natural de National Geographic, son unos sectarios.
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