El amor se sobrevalora en el desarrollo de una sociedad.
El amor crea contribuyentes (mantiene la población); pero es la envidia, la avaricia y el abuso lo que hace prosperar un país o ciudad.
Y en democracia aún es peor, porque el ciudadano vota por ello.
Si no existiera amor (para los pobres), la riqueza estaría más repartida.
Seamos coherentes, con ramilletes de flores silvestres y algún cardo, no se ganan territorios ni esclavos.
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