sábado, 30 de mayo de 2015

Lejanía


Hay veces que consigo poner la suficiente distancia entre ellos y yo. No reconozco aquel lejano lugar. Y no entiendo como mi pierna podrida me ha llevado tan lejos.
Está tan remoto que no es mi sitio. No recuerdo haber tenido una tierra que amar, no tengo emociones de pertenecer a ninguna ciudad.
Y entonces me doy cuenta que de verdad soy un forastero en la Tierra, que el concepto de raíces me es algo completamente ajeno.
Tomo la navaja y grabo mi nombre en el tronco de un árbol, como si algún día pudiera ser una lápida sin fecha. Tal vez el árbol se muera antes que yo, no estoy seguro de mi vida ni de la de ningún otro ser.
No sé en que cementerio acabaré, aunque tampoco importa, solo estoy cansado y eso hace mi pensamiento denso y hostil.

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