sábado, 22 de septiembre de 2012

Elegancia y distinción




No se puede medir el tiempo con un reloj que te han dado a cambio de 25.000 tapones de cocacola. Y una playera de Telmex no sirve para vestirse.
La elegancia y la clase no son actos derivados de la pornografía, no es un pecado contra la virgen Guadalupe.
Los pobres no deberían declarar tan abiertamente su miseria. Si hay orgullo gay, tiene que haber orgullo pobre.
Otro día hablaremos de esos tonos de pieles que parecen demasiado bronceadas y pueden llegar a confundirse con roña, porquería, humus, detritus, etc… Y de un ejemplo de higiene y cuidado epidérmico cuyo ejemplo a seguir es Michael Jackson.
No vale la pena mantener una piel demasiado oscura si hay medios para evitarlo.
O sea, no a la chabacanería y no a la piel demasiado oscura que tampoco acaba de ser muy elegante.
Y que conste que no hay racismo, solo soy sofisticado.
¡Uy… Mi Montblanc se ha quedado sin tinta perfumada con canela!
A la mierda la sencillez.

Buen sexo.
Iconoclasta

jueves, 20 de septiembre de 2012

La gracia de vivir




La gracia de vivir reside en la ignorancia; para vivir y hacerlo bien, basta con soportar.
Comprender y conocer la verdad de algunas cosas es excesivo y tiempo tirado a la basura que no produce beneficio alguno.
Nadie necesita comprender porque Dios te prohíbe follar con alegría habiendo obispos con los genitales y el ano escocidos por tanto sexo. O porque los políticos comen  como marranos y te dicen que has de cooperar con tu dinero para paliar el hambre en el mundo.
Son como los cerdos cuya naturaleza les pide revolcarse en mierda, es tan simple que da asco leer libros para informarse.
Prefiero mi sana ignorancia y ser infeliz sin problemas filosóficos, éticos o sexuales.
Ora et ignora.

Buen sexo.
Iconoclasta

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Yo el Patriota



Siempre es difícil explicar lo que siento por mi país y es porque no siento nada.
Sinceramente, tras pagar toda la vida por el aire que he respirado, lo que quiero es que sea mi país el que sienta algo por mí.
Así que no toquemos los cojones con patriotismos, banderas e himnos. Mi patria ya ha tenido más que suficiente de mi dinero y esfuerzo.
Y ahora me toca a mí: quiero mi hermoso rostro en el anverso de una moneda de plata de 10 euros y en el reverso la raja de mi culo.
Entonces y solo entonces, cuando pueda pagar mis cigarrillos con mis propias monedas, mi país y yo estaremos en paz y no me deberá nada.
Accederé incluso a poner unas cortinas con los colores de la bandera en el retrete.
Tengo unos ojos preciosos, la numismática ahora será más interesante y divertida.

Buen sexo.
Iconoclasta