
Que nadie me desee un "feliz" viaje, estoy hasta los cojones de buenos deseos.
Me espera el maravilloso orco.
Lo sé por mis contactos con los crueles; los que de verdad gobiernan el mundo.
Soy un hombre influyente en el infierno.
Me lo he ganado a pulso.
Y las flores... Mejor se las ponéis a mi vecino, el del nicho de la izquierda, que ese tiene una cara de santo en la lápida.
No me jodáis ahora que empiezo a estar bien.
Buen sexo.
Iconoclasta