Se acabaron las vacaciones, la peña ha vuelto.Deseaba y deseo que sus vacaciones fueran eternas, que duraran para siempre hasta el fin de sus vidas. Que la chusma se haga multimillonaria y se queden en sus lugares de descanso. Que no vuelvan jamás.
Les deseo lo mejor. De corazón.
Lo juro.
Se acabaron las vacaciones y he visto a un hombre servil frente a un contenedor de basura, luchando por separar el asa de plástico de una caja de cartón de detergente para que no se mezclaran ambos materiales. Sacaba la lengua concentrado en sacar algo de habilidad de sus dedos.
Se me han revuelto las tripas.
Ciudadanos sensibles, integrados, obedientes y amaestrados... No volváis, sed felices para siempre.
Pero no volváis.
Basura...
Buen sexo.
Iconoclasta
Nadie quiere pasar apuros por mucho tiempo.
No pienso resucitar. No hagáis referencia a eso en vuestras oraciones (si las hubiera, porque yo no soy crédulo).
Un poco de piedad no puede hacer daño, incluso podría hacer bien.
Hay que volver a tratar a los profesores de usted, como si eso fuera una forma de respeto.
El tedio es una enfermedad cuyo remedio está en el trabajo.
En un mundo de cobardes, los valientes deben pasar desapercibidos; esconderse por mucho que les pese.
Se acabaron las vacaciones, la peña ha vuelto.
Si Einstein hubiera nacido ahora, le habrían buscado y encontrado alguna deficiencia mental y achacado su teoría de la relatividad al resultado de un concienzudo y arduo trabajo realizado por un equipo de quince hijos de puta que no saben hacer la “o” con un canuto, pero son la hostia puta de corporativos y ciudadanos integrados.
