Idioteces dichas por idiotas. Citas. Reflexiones de zambombazo urgente. Miserias y más mentiras. Vamos, la misma mierda de todos los días, pero más breve. Que hay prisa y prisa y pagan una mierda por soportar tanta banalidad.
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domingo, 23 de agosto de 2015
Cabeza de reptil
Si fuera un torso sin cabeza, todo iría mejor, nada de lo que hiciera o dijera importaría demasiado. La cabeza de un reptil me daría un aire de rareza y divinidad egipcia. Solo tendría que dejarme adorar. Y una pornógrafa lengua bífida me haría popular por encima de todas las deidades.
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viernes, 24 de julio de 2015
sábado, 20 de junio de 2015
Hermosa maniquí
Fotografía de: © Óscar París, serie: 'La Fiesta de mis Manikkis'.
Texto: Iconoclasta
Prólogo:
Tuve la inmensa suerte de que Óscar, el autor de la fotografía, me pidiera un texto para cualquiera de sus obras de arte, y elegí ésta.
Como autor, siempre me sorprende lo que leen e interpretan los demás, hay veces que está a años luz de distancia lo que pensaba comunicar de lo que entienden los lectores.
Espero que si así le ocurre a Óscar, sea grato y este texto no le defraude.
Un saludo, amigo Óscar, gracias por el privilegio de poder poner unas letras a tu arte.
Iconoclasta / Pablo López Albadalejo
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Te observo y me veo a mí mismo, hermosa maniquí.
Vacía maniquí...
Siento pena por ti, por lo que algún día fuiste, por lo que no serás.
Yo no siento pena de mí, aún me queda la capacidad de sentir asco por mí y por un lugar que apesta a mil injusticias, a mil idiotas que son premiados por el hecho de serlo.
Estás vacía como yo, perdimos la capacidad de amar, la capacidad de enamorar, la de admirar y nos dimos cuenta de que nada valía demasiado.
Y la bendita indiferencia nos infectó y nos hizo insensibles.
Nos condenaron con un extraño sortilegio de indiferencia.
Vacío... Tanto como lo que hay bajo las ropas que luces.
Y las que luzco yo.
Ahora observamos seres que pasan ante nosotros como estelas, como borrones, que no nos importan. Solo miden tiempos como un reloj al que no prestamos demasiada atención.
No importamos, no importan...
Está bien, es el equilibrio del vacío.
Y el vacío excluye el dolor, ya hubo demasiado, bella y coqueta maniquí.
Es hora de ver ráfagas de seres sin importar qué hacen o donde van.
Donde mueren o donde viven.
El escaparate de la indiferencia, el ropaje de lo vacío.
Somos un monumento extraño.
Una indolora condena.
Iconoclasta
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