Dicen que “se están cargando el cine”, cuando hace una década que murió. Está tan podrido que no se puede entrar en una sala de la peste que hace o conectar una compañía de series y películas en internet como Netflix, Prime o Max sin que te sangren los ojos y oídos. O simplemente ofendan tu inteligencia.
Porque los grandes estudios cinematográficos y las compañías de suscripción se han convertido en apóstoles y púlpitos del fascismo estalinista homosexual clima-sanitario (woke) que emergió en todo su esplendor y censura con el coronavirus que fue el vehículo de este fascismo-plaga que hoy pudre el cine, la literatura, el arte, la ética, la biología, la inteligencia, la libertad y la honestidad.
No sería extraño que pronto se inventaran otra película-biblia-woke en la que se asegurará que el asesinato de Kennedy fue pecado de homofobia, porque realmente el presidente muerto era un transexual que usaba compresas, copa o tampones.
Y de Jesucristo, igual, bajo su túnica había dos cicatrices en el pecho de unas amputaciones chapuceras.
GENPHOCS: Gobierno Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario
CENPHOCS: Caudillo Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario
NEPHCS: Nazismo Español Penitenciario Homosexual Clima-sanitario
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