Hace años, en un pueblo de Teruel, tomé una tibia humana de un osario de un cementerio en ruinas. Era increíblemente ligera...
Me fascina observar los huesos vacíos de cualquier carne, de cualquier vida.
Pensar que una vez sintieron...
Ser o no ser no es la cuestión, la teatral cuestión.
La verdadera pregunta es si valió la pena tanta esclavitud para ganar nada; para ser un hueso sin vida en las manos de un escritor.
No hay premios para los muertos, por muy buenos que fueron cuando sus huesos tenían carne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario