Hay tantos productos para hacer un sexo más excitante, que follar requiere licenciatura.
Y sin embargo, una buena mamada en el coche o una rápida follada en la cocina, manda a la mierda todos esos productos. Ni te acuerdas que existen.
Si hay ganas y prisa, claro.
El consumismo compulsivo llega a todos los rincones del mundo, a todos los coños, culos y pollas.
Y se infravalora un escupitajo en el sexo como lubricante.
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