Si ha llegado la hora de mi muerte,
aplaudidme.
Porque sois muchos los que no me habéis
soportado.
¿Cómo decirlo mejor?
Ahora que estoy muerto, podríais ser sinceros.
Si tanto os jodí y molesté en vida, reíd. A mí no me va a molestar.
La dignidad siempre la habéis confundido con un laxante que os provoca diarrea o algún tipo de alergia intestinal.
Divino...
Buen sexo.
Iconoclasta
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