sábado, 27 de septiembre de 2014

Gárgolas de granito y miseria

Están cinceladas por un artista loco, lucen en catedrales y rascacielos sin ningún fin más que ser feas. Para que nos recuerden que fea y gris como ellas es la vida.
Están esculpidas con la miseria de la vanidad y la frialdad, con dedos de uñas sucias y melladas. Son mentiras creadas y expuestas para dar un aire de misterio a lo que no tiene.
Misteriosas cuando las miras desde abajo, allá en las alturas; pero cuando estás cerca, pierden la gracia de la locura y se convierten en tristes e inertes esculturas que no producen ninguna emoción más que el desencanto en el corazón de los que esperan algo más.
Adoradas por legiones de mediocres, ignoradas por el amor verdadero.
Pobres gárgolas, con su eterna mediocridad luciendo en las alturas de las ciudades grises.
Vigilando nada, cagadas por palomas...

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