miércoles, 5 de enero de 2011

Cabalgatas de Reyes Magos


Primero de todo y mensaje a todos los niños: los reyes magos no existen.
Y ahora pasamos a otra verdad.
Hoy es un día de cabalgatas de reyes y hay que armarse con un poco de paciencia, yo me armo de ella. De mucha paciencia.
Veréis, los maratones televisivos de caridad son una auténtica mierda, una mentira más falsa que Cristo. Todos pagan por adoptar un niño; pero es sólo guión de televisivo.
Tanto buen corazón me lo paso por el forro los huevos, porque el día de la cabalgata de reyes, todos esos filántropos, se matan por coger los caramelos de los niños.
La escena es dantesca por no llamarla por su verdadero nombre: repugnante.
Los viejos que no dan un palo al agua, que están todo el puto día quejándose de sus males y molestando a los médicos en las consultas con sus dolores de huesos, el día de la cabalgata doblan el espinazo como los atletas profesionales. Se olvidan del dolor y la inmovilidad si alguna la tuvieron por robarles a los niños sus caramelos. Y además los apartan y se molestan porque los críos a veces son más rápidos que ellos.
Luego están los adultos, de un rango de edad de entre 25 y 55 años, que aún se sienten “niños por dentro" (supongo que será esa mierda de complejo de Peter Pan que sufren todos aquellos con un serio déficit mental e intelectual), esos con sus miradas idiotas ilusionadas, también se llevan un buen porcentaje de los caramelos que les tocan a los niños.
Así que todo ese amor y cariño e ilusión, lo uso como papel higiénico y si lo tiro en mitad de la calle, será probablemente lo único que puedan llevarse a la boca los niños, ya que los caramelos los habrán robado los viejarros y carrozas de "espíritu joven".
En fin, otro año más de saber que aún respiran un gran número de mediocres humanos con ansias de usurpar edades e ilusiones que no les corresponden.
No hay nada peor que un hombre o mujer maduros lloriqueando como idiotas por volver a ser jóvenes y robando golosinas a los niños.
La cobardía y la inmadurez son vicios, taras. No son virtudes, alguien se está equivocando en educar a los idiotas.
Y lo peor de todo, es que estos idiotas tienen hijos, y estos hijos aprenden de ellos. Dentro de diez años, muchos de estos niños robarán a otros niños.
Y así la mediocridad, la hipocresía y la imbecilidad se mejora y perfecciona de generación en generación.
Ojalá que en lugar de carbón a todos esos mediocres, les dejen un saco lleno de mierda. Y aún así se la comerían llevados por la ilusión.
Siempre lo he dicho: envuelve un buen cagarro con un bonito papel tras haberlo etiquetado como ecológico, y lo venderás a precio de mojama o caviar beluga.
Buen sexo.
Iconoclasta