Con estos bichos nos ocurre el mismo problema que padecen los perros y gatos.
El rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; ha encontrado su nicho ecológico en la moncloa de Gitanilla’s Street, Madrid. Y al igual que sus hermanas de menor tamaño, está a gustito con su dinero o comida fácil. Está chupando toda lo que puede con sus firmes mandíbulas clavadas en la tapicería de su poltrona sin que nadie haga más que verlo engordar, como las de perros y gatos.
Hay muchos remedios: que si untarla con aceite, con alcohol, deslizar una cuchilla cuidadosamente entre la piel y la garrapata. Incluso los hay rústicos que dicen que con orina propia la garrapata se suelta blasfemando de asco.
El ayatolá Sánchez I el Arribista sólo desenclavará sus mandíbulas de la carne de “todas y todos” con una buena rociada de espray antiparásitos, antigarrapatas más concretamente que es el más activo y potente.
Y como está tan henchida de sangre la arribista garrapata y ha puesto tantos huevos, además de aplicarle dosis extra, requerirá tratar los siguientes parásitos y sus alojamientos e instituciones del estado español: las cortes, sus presidentes, diputados, escaños y “expertos en perspectiva sanchizta. Ministerios, sus ministros burócratas y “expertos”, tribunales (todos de los cientos y cientos que esquilman la economía asalariada) y sus jueces, fiscales, abogados y “expertos” (que les enseñan a los leguleyos cómo hacer su trabajo con perspectiva sanchizta), gobernadores y sus delegados, el Banco de España su gobernador, burócratas y “expertos” de perspectiva sanchizta también. Radio televisión venezolana española (RTVE) y sus publicistas hagiográficos de noticias sanchiztas, la Seguridad Social y sus hospitales y ambulatorios, Hacienda y sus voraces matones recaudadores que chupan como el mismísimo ayatolá Sánchez el Arribista, incluso con más frenesí. También en guarderías, colegios, institutos y universidades sólo públicas, las privadas que se busquen la vida (como dice el ayatolá arribista). Las caciquerías nazionalistas autonómicas, trenes y sus estaciones, carreteras, aeropuertos y puertos, embalses, centrales eléctricas, el CIS (empresa de publicidad jocosamente sanchizta), la DGT, la moncloa y sus baños, cagaderos, cocinas, tapicería, cortinas y visillos. La sede de la secta psoe en Ferraz, sus sectarios, ratas y cloacas. Cines, teatros bibliotecas, saunas homosexuales, móviles, ordenadores, tablets, enchufes (que con sus agujeros son el nicho ideal para las garrapatas), playas, parques, jardines y ferias de placas solares.
Y por supuesto, a X que está infestado. A feisbuc dejarlo porque está muerto de censura y él mismo se asfixia.
Yo no soy tanto de la química ni de complicarme con herramientas, le acerco la brasa del cigarrillo a la garrapata, y vaya si se suelta. Luego haciendo pinza con los dedos y un papel (me da asco el tacto de los insectos) la coloco bajo el pie y la aplasto.No espero lo que el español medio acostumbra para sacar o no las garrapatas: ese medio siglo. No tengo tanta paciencia y soy absolutamente inmune a las pedagogías, encíclicas, homilías y doctrinas de cualquier telepredicador. O estafador que se ve venir de una hora lejos.
Y ya, fuera la garrapata se acabó el problema y a por la próxima.
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