Cuando uno se cruza con un uranita dan ganas de pincharlo con un arpón y meterlo en agua hirviendo con una pizca de sal y laurel durante 45 minutos para después, servirlo troceado en una tabla de madera con un chorrito de aceite de oliva y pimentón picante.
No son bellos ni ellos ni ellas. Su tronco es antropomórfico, pero en lugar de pies y manos tienen 3 tentáculos al final de cada extremidad. Tienen 12 tentáculos y es peligroso cuando no eres capaz de controlarlos todos cuando estás próximo a un uranita.
Sus rostros son más agradables, algunos casi tan guapos como yo. Se distingue fácilmente a los machos de las hembras porque las hembras tienen cara femenina y los machos masculina.
(Fragmento de Sexo en el Sistema Solar, de Iconoclasta)