
Estoy pensando en el coyote de Correcaminos.
Toda una vida dedicada al fracaso, a la humillación, al hambre, la sed, la pobreza y el agotamiento. a la burla y a la ignorancia.
Y aún así el bicho no pierde la esperanza.
¿No es un poco sospechoso que se trate de una serie de dibujos animados infantil?
No es que crea en conspiraciones; pero sería ingenuo pensar que no se trata de un tosco adoctrinamiento y no precisamente subliminal para que los niños vayan aprendiendo que de Coyotes hay a miles y de Correcaminos muy pocos, poquitos. Que sobre todo no pierdan la moral a pesar de que los inventos ACME no sirven ni para rascarse el culo.
No hay cosa que me parezca más triste y deprimente que el pobre Coyote con las orejas caídas y esos ojazos reventones a llorar.
Soy su viva imagen.
Hermanito...
Bip-bip de mierda...
Buen sexo.
Iconoclasta