lunes, 20 de abril de 2020

La fascinante violencia


Se han equivocado, la privación de libertad sin una causa justificada, y no existe ninguna; no provoca sumisión.
Pobres idiotas… No saben porque no son hombres, son mariconas que solo sirven para mal follar dejando malos hijos.
Imbéciles… Los cementerios tienen más mansos que machos.
Es un dogma.
Cuando llevas cierto tiempo encerrado, te das cuenta de que odiar es más gratificante que amar. Es una cuestión de cantidad, hay más cosas aborrecibles que amadas.
Y así, sin saber en que momento ocurre, me encuentro imaginando momentos de gran violencia, con sangre.
Sueño a menudo con un enfrentamiento definitivo.
Y es fascinante…
No me importaría que fuera mi sangre la que corriera, de hecho sueño que sangro.
¡Dios! Es fascinante ser macho y sus consecuencias. Todas.
Cuando lanzo un puñetazo al aire, siento los dedos del puño romperse y los ojos del enemigo derramarse en sangre.
Y me mira inmóvil con las escleróticas ensangrentadas sin saber si está muerto o vivo.
Es fascinante el ataque, la ira desatada… Sin más consideración que matar da igual a quien, da igual si soy yo.
Y el sabor a hierro oxidado de mi boca rota en pedazos…
Tengo una tolerancia infinita al dolor.
Es fascinante…
La violencia es el destino de la privación, de cualquiera.
Y la distancia es tan corta…

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