martes, 21 de enero de 2020

Un mal silencio, una mala palabra


El amor son todos esos frágiles filamentos que resisten el frío que congela el corazón con las distancias y el calor que hace hervir con el beso la sangre en los labios.
Sutiles caricias blancas que, sin embargo, se deshacen con un gemido suave cuando nadie les dice que son deseadas.
Lo que el planeta no puede, lo consigue un mal silencio, una mala palabra...
A veces siento una pena suave, de algo que se diluye, un agua en las venas...

domingo, 19 de enero de 2020

Climatología de amor


Hace frío, hace viento, lloverá, tal vez nevará.
Me gotea la nariz y los pliegues de un par de dedos de la mano se han abierto dolorosamente.
Observo el horizonte a través de las frías lágrimas que provoca el viento.
No es un buen día para el romanticismo, se impone protección y cobijo.
Aún así, me basta con leer tus palabras y mirarte para que de repente haga un calor del carajo.
No sé si es mi mente prendida de ti o es que tienes el poder de producir severas variaciones climatológicas.
Entiéndeme, cielo, caliente me pones siempre; pero sudar aquí y ahora…
Tal vez esté un poco susceptible por amarte; pero…
La culpa del cambio climático es tuya, bella odiada.
¡Shh…! No se lo diré a nadie.

sábado, 18 de enero de 2020

Sobre el Pin Parental


El tan cacareado ahora Pin Parental, es una estupidez en cuanto a que no se trata de un pin de mierda, sino de una autorización, un documento escrito en el que se libera a los menores de ser adoctrinados en los distintos géneros sexuales que existen en la sociedad.
Lo primero de todo: es necesario un vocabulario preciso, conciso y práctico: llamar pin a una autorización en forma de documento firmado, es puro populismo para tener contentos a los “sin cerebro” que lucen su puto smartphone nuevo.
Dicho esto, el pin parental es tan necesario como la libertad que tienen los padres para que sus hijos estudien o no religión.
Los colegios no existen para adoctrinar o inducir ideologías religiosas o sexuales. Jamás deberían ser como los del franquismo, comunismo y el Tercer Reich. Adoctrinar es una facultad de los padres.
Porque los hijos pertenecen a los padres hasta que se convierten en adultos capaces de valerse por sí mismos. Y no hay discusión al respecto.
Quien quiera que su hijo sea adoctrinado, basta con que le instale la app de twiter o facebook en su teléfono.
Otra forma (de hecho es la única sana) en la que se adquieren ideologías o doctrinas, es con el desarrollo intelectual de cada cual aplicado a sus propias experiencias y forma de ver el mundo que le rodea.
Los colegios deben ofrecer conocimientos y cultura a los niños. En lugar de religión o ideologías de género, deben dar conocimientos de ética, por ejemplo: Podéis ser arribistas si queréis (populistas en política); pero no hay dignidad en ello. El arribismo es envidia, es horrible subir en la escala social pisando la cabeza de otro. También podéis ser racistas; pero otros os pueden discriminar también porque no tengáis el tono adecuado de piel tras tomar el sol en vacaciones.
La ética o el deja vivir como materia de reflexión en los primeros años de estudio de la infancia y la juventud, no es una buena cosa que enseñar para los gobiernos e instituciones; ya que ese conjunto de reflexiones se volvería, con toda lógica, contra los ideólogos y/o gobiernos, a los que señalaría como elementos tumorales para la inteligencia y la libertad.
Adoctrinar sistemáticamente, como en el colegio, es hacer idiota la infancia y la juventud. Robarles tiempo para adquirir conocimientos que les proporcionarán oportunidades para su supervivencia en sociedad, como es el trabajo.
La ética, como materia de reflexión debería bastar en una sociedad sana y decente.
Debería bastar para que la cobardía hacia el esfuerzo y el conocimiento de la cruda realidad de la esencia humana, no los convierta en unos pusilánimes aborregados entre cientos de miles de reses buscando consuelo y protección en un pastor subido a un púlpito.

viernes, 17 de enero de 2020

Contiene piezas pequeñas


Me pregunto cómo ha llegado la humanidad a ser tan abundante. Porque la naturaleza está plena de piezas pequeñas, los niños deberían haber muerto, muchos…
Me pregunto hasta qué pornográfico límite institucional los gobiernos demócratas y tiranos están dispuestos a crear miedo en sus reses humanas y votantes. Llevarlas a tal estado de temor y desconfianza en sí mismos, que la chusma acepte sus abusos y el dinero que nos roban día a día, a cambio de protección contra las piezas pequeñas.
O a los climas apocalípticos que son el pretexto para hacer más pobre a la chusma con sanciones usureras respaldadas por un repugnante populismo.
Porque el dinero no se crea ni se transforma, se roba a los cobardes y a los que desconocen el concepto de sentido común, valor, esfuerzo y amor propio.
Mierda…
Deberían anunciar en las montañas el peligro de las piezas pequeñas.
Se me agota el humor y pienso con serena crueldad en seres humanos, el napalm y la combustión de los cuerpos.

La odio


La podría odiar cuando se hace tan deseable que, me lleva a aferrar con fuerza las sábanas que debería compartir con ella. El espacio vacío que deja en mi mente, en mi sexo y en mi razón.
La podría odiar cuando me encela hasta la desesperación y me hace bestia. La follaría impía, inmoral e ilegalmente.
Me duele donde no está, en la húmeda y palpitante dureza que crea su ausencia.

jueves, 16 de enero de 2020

Libertades idénticas


Si tienes un pensamiento definido con un vocabulario preciso, no hayas diferencia entre la libertad que goza un caballo, una vaca, un cerdo o un ser humano inscrito en los registros de una ciudad o país. (de Tres caballos y un burro).

El invierno delator.


El invierno deshojado descubre sin escrúpulos el hostil caos de la tierra, delatando a un mal creador, juzgándolo inepto e indolente.
No hay caminos de baldosas amarillas, solo tierra helada embarrada de mierda y cadáveres.

Foto-sordidez


Cuando digo que me gusta fotografiar, me preguntan qué fotografío. Me encojo de hombros y digo: "Cosas".
Pienso que si les enseñara mi álbum pensarían en enfermedades mentales y mal gusto; pero yo a lo mío.
Sordidez es mi superpoder.

martes, 14 de enero de 2020

No soy luz


Solo soy un borrón de tinta abrasado por un exceso de luz.
Soy oscuridad delatada traicioneramente por un dios que no tiene otro pasatiempo más que, deslumbrarme, prestarme demasiada atención para lo intrascendente que soy.
Dios está aburrido y yo acabaré ciego y luego transparente por tanta luz de mierda.

Un exceso de luz




Un exceso de luz... Los ángeles no existen, solo bestias bajo el foco de un dios.

lunes, 13 de enero de 2020

Fragmento de La impúdica rama


Si fuera árbol, tal vez lo sea, no lo sé… Y tú caminaras con toda tu brutal sensualidad en la soledad y el desamparo de la fría noche, extendería mi impúdica rama preñada de deseo para atraparte, para llevarte a mi húmeda y desenfrenada oscuridad. Llenarte toda de mí en una blasfema comunión pagana. La hostia, mi semen humeante prendido como gotas de nácar en tu monte de Venus.

domingo, 12 de enero de 2020

El castillo de Frankenstein


Podría ser el castillo de Frankenstein; pero solo es el vulgar campanario de un monasterio, nada más alejado de la imaginación.
Los cuentos son más apasionantes que la mediocre realidad. Es la razón de la creación del vampiro, el hombre lobo, el jovencito Frankenstein e incluso Snoopy.

miércoles, 8 de enero de 2020

Los perpetuos malos rollos navideños


Las navidades son fiestas ideales para sacar las más deprimentes conclusiones de familia y amigos.
Son fechas en las que se crean expectativas que invariablemente acaban en grandes decepciones cuando los comensales y celebrantes, tras horas de verse las caras, se dan cuenta de que todos son tan mediocres como en los días corrientes.
Siempre se cumplen los mismos desengaños y siempre se juntan de nuevo en las mismas fechas con la esperanza de que una suerte de lotería pueda cambiar toda esa vulgaridad tradicional.
Lo de las doce uvas, al final, es un acto de eufórica desesperación ante lo inevitable del hastío.
Como unas elecciones talmente.

El estoico invierno


Sigue el invierno indiferente a fiestas y otros actos sociales. A nacimientos y muertes.
Es magnífica su indiferencia, su estoicismo y sus gélidas atmósferas nebulosas.
Su fuerza enfriadora que arrincona al sol sangrando contra las cuerdas…
Para ser perfecto le falta incinerar a quien se lo merece y no dar templanza a todos esos asquerosos.

miércoles, 1 de enero de 2020

Cultura 2020


En lo que respecta al cine, no hay sorpresas.
Está visto que se van a producir verdaderas mierdas a juzgar por el gran consumo de cine basura e idiota que ha inundado las pantallas en el 2019.
Es una ley universal que lo malo siempre ha de ir a peor infinitamente.
Y es que ya han asumido los cineastas que si haces el peor cine, el más barato y lerdo, les irá genial. Bajo coste y cantidad de imbéciles comprando entradas.
La conclusión es lógica y acorde con los hábitos de la chusma.
Si la peña es capaz de enchufarse a internet a ver videos repugnantes e indecentes para la inteligencia de cualquier plataforma como yutup, feisbuc o los gifs de tuiter. Y además, mirándolos en pantallas miserables y baratas, es obvio que si les pasas la misma mierda en una gran pantalla, con sonido dolby surround maricón-lesbiano de mierda, se pisarán los unos a los otros para llenarse los ojos con los excrementos que ha filmado un yutuber o algo parecido.
Temo al puto año 2020.
Me cago de miedo al imaginar el próximo Joker (el gran video de yutup del 2019 que ha dejado claras las tendencias de incultura para el próximo milenio: cobardía en violencia y ausencia absoluta de diálogos inteligentes). Y temo que el próximo Joker sea una princesa Disney violada por un transexual rencoroso con un cirujano que le hizo unos pezones desiguales y un labio vaginal que cuelga más que el otro.
Pacagarsendios…