viernes, 31 de enero de 2020

Libre y salvaje


Estoy de acuerdo con la taza.
Aunque coincido más con salvaje que con libre, es que yo sin fumar…
Es que yo tan impío con mi pensamiento hostil…
Aunque no quiera, mi pluma es cuchillo.

Se sonríe demasiado


Se sonríe demasiado. Nunca he sabido de que se ríen las hienas ni los idiotas.

miércoles, 29 de enero de 2020

The lion sleeps tonight


A-weema-weh, a-weema-weh, a-weema-weh, a-weema-weh
En la jungla, la jungla poderosa
El león duerme esta noche
En la jungla tranquila
El león duerme esta noche
A-weema-weh, a-weema-weh, a-weema-weh, a-weema-weh


jueves, 23 de enero de 2020

Murf el locuaz


De menuda me he librado: no he necesitado pagar a un logopeda.
Murf habla hasta por los codos si tuviera. De cualquier forma, es inevitable invertir en analgésicos cuando se siente demasiado locuaz.
Sí, ya sé, es tan absurdo que solo me falta ver a dos curas tirando de un burro muerto en el salón de casa. Puedo entender porque Buñuel y Dalí realizaron aquello del perro andaluz.
¿Es que no había perros catalanes o qué? Es un asco… Siempre discriminando a la catalanidad. No tienen ni tuvieron corazón.

miércoles, 22 de enero de 2020

Si Dios hubiera querido


Si Dios hubiera querido que los árboles nadaran, les habría dotado de agallas y gafas anticloro y antimierda. Incluso un bañador, aunque no fuera muy llamativo.
No quisiera reírme cruelmente; pero parecía que los árboles decían: ¡Uy uy uy uy…!
Para que luego digan que tengo la empatía en las uñas de los pies. Soy como Dios el indolente; pero ingenioso y gracioso.
Y sin matar a nadie.

martes, 21 de enero de 2020

Un mal silencio, una mala palabra


El amor son todos esos frágiles filamentos que resisten el frío que congela el corazón con las distancias y el calor que hace hervir con el beso la sangre en los labios.
Sutiles caricias blancas que, sin embargo, se deshacen con un gemido suave cuando nadie les dice que son deseadas.
Lo que el planeta no puede, lo consigue un mal silencio, una mala palabra...
A veces siento una pena suave, de algo que se diluye, un agua en las venas...

domingo, 19 de enero de 2020

Climatología de amor


Hace frío, hace viento, lloverá, tal vez nevará.
Me gotea la nariz y los pliegues de un par de dedos de la mano se han abierto dolorosamente.
Observo el horizonte a través de las frías lágrimas que provoca el viento.
No es un buen día para el romanticismo, se impone protección y cobijo.
Aún así, me basta con leer tus palabras y mirarte para que de repente haga un calor del carajo.
No sé si es mi mente prendida de ti o es que tienes el poder de producir severas variaciones climatológicas.
Entiéndeme, cielo, caliente me pones siempre; pero sudar aquí y ahora…
Tal vez esté un poco susceptible por amarte; pero…
La culpa del cambio climático es tuya, bella odiada.
¡Shh…! No se lo diré a nadie.

sábado, 18 de enero de 2020

Sobre el Pin Parental


El tan cacareado ahora Pin Parental, es una estupidez en cuanto a que no se trata de un pin de mierda, sino de una autorización, un documento escrito en el que se libera a los menores de ser adoctrinados en los distintos géneros sexuales que existen en la sociedad.
Lo primero de todo: es necesario un vocabulario preciso, conciso y práctico: llamar pin a una autorización en forma de documento firmado, es puro populismo para tener contentos a los “sin cerebro” que lucen su puto smartphone nuevo.
Dicho esto, el pin parental es tan necesario como la libertad que tienen los padres para que sus hijos estudien o no religión.
Los colegios no existen para adoctrinar o inducir ideologías religiosas o sexuales. Jamás deberían ser como los del franquismo, comunismo y el Tercer Reich. Adoctrinar es una facultad de los padres.
Porque los hijos pertenecen a los padres hasta que se convierten en adultos capaces de valerse por sí mismos. Y no hay discusión al respecto.
Quien quiera que su hijo sea adoctrinado, basta con que le instale la app de twiter o facebook en su teléfono.
Otra forma (de hecho es la única sana) en la que se adquieren ideologías o doctrinas, es con el desarrollo intelectual de cada cual aplicado a sus propias experiencias y forma de ver el mundo que le rodea.
Los colegios deben ofrecer conocimientos y cultura a los niños. En lugar de religión o ideologías de género, deben dar conocimientos de ética, por ejemplo: Podéis ser arribistas si queréis (populistas en política); pero no hay dignidad en ello. El arribismo es envidia, es horrible subir en la escala social pisando la cabeza de otro. También podéis ser racistas; pero otros os pueden discriminar también porque no tengáis el tono adecuado de piel tras tomar el sol en vacaciones.
La ética o el deja vivir como materia de reflexión en los primeros años de estudio de la infancia y la juventud, no es una buena cosa que enseñar para los gobiernos e instituciones; ya que ese conjunto de reflexiones se volvería, con toda lógica, contra los ideólogos y/o gobiernos, a los que señalaría como elementos tumorales para la inteligencia y la libertad.
Adoctrinar sistemáticamente, como en el colegio, es hacer idiota la infancia y la juventud. Robarles tiempo para adquirir conocimientos que les proporcionarán oportunidades para su supervivencia en sociedad, como es el trabajo.
La ética, como materia de reflexión debería bastar en una sociedad sana y decente.
Debería bastar para que la cobardía hacia el esfuerzo y el conocimiento de la cruda realidad de la esencia humana, no los convierta en unos pusilánimes aborregados entre cientos de miles de reses buscando consuelo y protección en un pastor subido a un púlpito.

viernes, 17 de enero de 2020

Contiene piezas pequeñas


Me pregunto cómo ha llegado la humanidad a ser tan abundante. Porque la naturaleza está plena de piezas pequeñas, los niños deberían haber muerto, muchos…
Me pregunto hasta qué pornográfico límite institucional los gobiernos demócratas y tiranos están dispuestos a crear miedo en sus reses humanas y votantes. Llevarlas a tal estado de temor y desconfianza en sí mismos, que la chusma acepte sus abusos y el dinero que nos roban día a día, a cambio de protección contra las piezas pequeñas.
O a los climas apocalípticos que son el pretexto para hacer más pobre a la chusma con sanciones usureras respaldadas por un repugnante populismo.
Porque el dinero no se crea ni se transforma, se roba a los cobardes y a los que desconocen el concepto de sentido común, valor, esfuerzo y amor propio.
Mierda…
Deberían anunciar en las montañas el peligro de las piezas pequeñas.
Se me agota el humor y pienso con serena crueldad en seres humanos, el napalm y la combustión de los cuerpos.

La odio


La podría odiar cuando se hace tan deseable que, me lleva a aferrar con fuerza las sábanas que debería compartir con ella. El espacio vacío que deja en mi mente, en mi sexo y en mi razón.
La podría odiar cuando me encela hasta la desesperación y me hace bestia. La follaría impía, inmoral e ilegalmente.
Me duele donde no está, en la húmeda y palpitante dureza que crea su ausencia.

jueves, 16 de enero de 2020

Libertades idénticas


Si tienes un pensamiento definido con un vocabulario preciso, no hayas diferencia entre la libertad que goza un caballo, una vaca, un cerdo o un ser humano inscrito en los registros de una ciudad o país. (de Tres caballos y un burro).

El invierno delator.


El invierno deshojado descubre sin escrúpulos el hostil caos de la tierra, delatando a un mal creador, juzgándolo inepto e indolente.
No hay caminos de baldosas amarillas, solo tierra helada embarrada de mierda y cadáveres.

Foto-sordidez


Cuando digo que me gusta fotografiar, me preguntan qué fotografío. Me encojo de hombros y digo: "Cosas".
Pienso que si les enseñara mi álbum pensarían en enfermedades mentales y mal gusto; pero yo a lo mío.
Sordidez es mi superpoder.

martes, 14 de enero de 2020

No soy luz


Solo soy un borrón de tinta abrasado por un exceso de luz.
Soy oscuridad delatada traicioneramente por un dios que no tiene otro pasatiempo más que, deslumbrarme, prestarme demasiada atención para lo intrascendente que soy.
Dios está aburrido y yo acabaré ciego y luego transparente por tanta luz de mierda.