martes, 31 de marzo de 2015

La Barbie y los próceres de la sociedad

Una muñeca Barbie que graba las conversaciones de los niños jugando y luego, opcionalmente puede ser enviada la grabación a unos servidores especiales de internet, ha puesto los pelos de punta a padres con ambiciones de ser presidentes de comunidad de vecinos y propietarios, para posteriormente ser regidores de alcalde y cumplir así sus ambiciones de ciudadano integrado en su sociedad y sus miedos hipócritas.
Claro, que esos mismos tonti-papás que se quejan del peligro de privacidad de sus niños (como si los niños al salir de la escuela fueran seres silenciosos y misteriosos), les compran una tablet para que se graben, hablen o chateen con cualquier psicópata que en su perfil tiene una imagen de Walt Disney.
También los teléfonos que se les regala a los niños para que callen de una puta vez y nos dejen en paz, pueden grabar voz. De hecho, los niños recién nacidos, tienden a hacer más grande el pezón con la punta del dedo índice y el pulgar para poder mamar con más tranquilidad. Lo maximizan todo...
La electrónica y la informática es algo ya genético, el hombre como especie no ha evolucionado hasta que Apple le puso frente a las narices su Iphone, Ipod y Ipads.
Como muchos no pueden acceder a esa marca, se sienten rabiosos y cargan contra un juguete. La peña es más simple que una pelota.
Así que, ¿quién es el arribista que se queja de que una muñeca pueda grabar conversaciones?
Los mezquinos siempre buscan carroña que llevarse a la boca.
El fabricante de la Barbie, ha dicho como si le hablara a idiotas, que si las conversaciones se lanzan a un servidor en internet para ser analizadas, será cuestión de los padres permitirlo, que para eso lo son, aunque no sean biológicos. Y que menos tonterías y cobardías, que me están haciendo a los niños idiotas prematuros con la misma calidad que son sus padres.
Espero que le hayan metido  los micrófonos en sus pezones de plástico a la muñeca, eso sí que me haría reír.
Por otra parte, quién dice que las muñecas hinchables y su boca en "o" no tengan una hermosa videocámara de ocho trillones de putos megapixels para grabar lo que los papis horrorizados de la Barbie, hacen con Sandra La Sucia en los momentos de ocio que los niños están dándole que te pego a la tablet.
La estupidez es agotadora, para seres como yo que se convulsionan entre la risa y la vergüenza ajena. Y el miedo, que hay mucho miedo en el mundo por estas cosas de internet.
Y con lo fácil que es cortar la comunicación con un idiota, se me quedan los tontos mirando lo que escribe el imbécil como los conejos se quedan paralizados viendo los faros de un coche.
No jodas.
Un día harán las Barbies de tamaño natural con todo su vello y ya verás que risa...
Porque las muñecas hinchables son de una ordinariez insultante, hacen falta nuevas ideas en el mercado del ocio y se hace necesaria la elegancia y las proporciones de una Barbie.

Buen sexo (a los cobardes no, a ellos que les den una muñeca de madera cubista que es lo que se merecen).
Iconoclasta

Viaje al futuro


Si tengo suerte y trasciendo, un día alguien me verá en una foto así: desgastado, desleído y difuminado por el tiempo.
Tal vez me encuentren en un puesto ambulante cuyo propietario es uno de esos coleccionistas que rebuscan entre los restos de las casas abandonadas y  venden fotos antiguas por unos céntimos la decena.
Y pudiera ser que alguien tome mi imagen entre sus dedos y observe el desgaste. Intentará trasladarse al tiempo en el que viví y no entenderá porque me hice mi propio retrato de Dorian Gray desgastado y devastado.
Y concluirá que hay mejores cosas en las que pasar el tiempo mientras lanza la foto a una lado para elegir otra mejor.
Posiblemente sea un contumaz optimista y mi imagen una incómoda prueba de lo que le espera.
Es una forma de viajar al futuro y seguir molestando.
No se librarán fácilmente de mí.

lunes, 30 de marzo de 2015

Decadencia


La gente muere, y después las casas que los cobijaron. Decadentes como el pelaje triste de los animales que han perdido a su amo, a su amigo.
O las abandonan, hay casas mejores, donde no ha no muerto nadie, donde en las paredes no aparecen manchas de penas y añoranzas.
Con mejor aislamiento térmico, con mejores servicios. Más baratas de mantener.
Ya nadie se acuerda que esas viejas habitaciones y escaleras se construyeron con ilusión, habían sueños subiendo ruidosamente las escaleras, eran refugio de frío y calor, de viento y lluvia. Allí se amaron y sangraron.
Viejas paredes revestidas de mentiras y dolorosas verdades. El olor a leña y cocinas de carbón está metido entre las piedras de sus muros.
No se hicieron pensando que un día se derribarían, por eso se hacen viejas y decadentes.
Los edificios modernos son fáciles de derribar por normativa urbanita y con ellos, la miseria que contienen.
Viejas casas, ostentosos museos de la cotidianidad, de la vulgaridad... No habían gentes mejores entonces, como no las hay ahora. Solo sueños rotos, sueños de infancia que la edad hace imposible. Y ellas son el vergonzoso testimonio de los castillos de arena.
A veces la muerte alcanza a lo que nunca estuvo vivo; pero contuvo vida.

domingo, 29 de marzo de 2015

Habladores


¿Por qué hablan tanto y tan rápido?
Me estresan, no entiendo.
Tal vez es el horario de verano, una hora robada al cuerpo. Tienen que desahogarse.
Pero es agradable, pienso con cinismo que mejor así. Me hace invisible, mientras hablen entre ellos, no me molestan a mí.
La misantropía siempre presente... Los hay que tienen a Pepito Grillo como conciencia y yo, me tengo a mí mismo.
(Aunque no lo parezca, en esa mesa estoy sentado y fumando)

La crisis y el pensamiento


Entonces no hay salvación, nadie quiere ensuciarse con la mierda de otros, sería injusto. No procede.

sábado, 28 de marzo de 2015

Demasiado fuerte


Me hubiera gustado tener la capacidad de llorar, no ser tan fuerte.
¡Maldita fortaleza que no aporta consuelo alguno!
Las lágrimas se convierten en ira antes de brotar y siento que voy a estallar y ensuciar el mundo con mis restos.
Y sale un poco de sangre por el grito desgarrador que hace mierda la garganta.
Una lágrima solo, una pizca de humanidad me haría sentir bien en este lugar, en este tiempo, porque hay cosas por las que llorar. Hay cosas por las que emocionarse si se es humano.
Pero no... Ni llanto ni emoción, solo un frío desprecio, una mirada torva que asusta al viento.
Como si no fuera conmigo todo ese dolor.
Toda esta prisión.


Muerto a veces


Una vez muerto, tengo planes, y no está entre ellos quedarme entre vosotros para ver más de lo mismo. ¿Qué gracia tendría entonces morir?
Tengo mis aficiones.
Al fin y al cabo, ya estoy muerto para alguien, para algunos. Unos pocos. Muy pocos, no soy habitual en fiestas y reuniones.
Si puedo ser un vapor flotando, ya no tendré que fatigarme arrastrando estos kilos de carne y hueso por calles y carreteras buscando un lugar dónde esconder a los curiosos mi ambiguo cadáver.
Es como estar muerto a medias. Muerto a veces.
Es asombroso lo que escribo para intentar dar algo de interés a una vida tan anodina.
Cuando muera completamente echaré de menos papel y tinta.

viernes, 27 de marzo de 2015

Una confesión


No quiero comer el cuerpo de Cristo, se me pega al paladar. Y su sangre me da náuseas, prefiero la cocacola y un cigarro.
¿Cómo puede obtener perdón y comprensión un ser como yo? Contésteme padre. Suélteme alguna teología al uso, algo suave para que acabemos con esto rápidamente. O simplemente decláreme inocente y olvidamos esta embarazosa confesión.
Ella es católica y a mí me la suda todo esto; pero es necesario este trámite para follarla.
Usted entiende, padre. Ella es un tanto susceptible con estas cosas; pero usted y yo tenemos cierta experiencia. Mejor no nos complicamos: "Perdóneme, padre, porque he pecado", y me hace el dibujo de la cruz en el aire y yo me voy a follar con mi novia con cara de santo y no perdemos el tiempo ni la paciencia.
Gracias... ¿No me va a decir un "ego te absolvo", siempre me ha gustado eso en las películas.

Cumple años Mariah Carey


Es una muy voluptuosa cantante, compositora, productora musical y filántropa estadounidense. Aunque no sé porque a casi todas las cantantes las tildan de filántropas, no me creo una mierda.
Bueno, pues eso, que está muy bien, que está maciza (o lo estaba) y que vale la pena ver un video suyo aunque tengamos la función "mute" activada.

Cumpliría años el buenazo de Carl Barks, historietista y guionista estadounidense. Hizo muchas de las historietas de la serie El Pato Donald, para la que creó Patolandia y muchos personajes que allí habitan, como Rico McPato o Gil McPato y los Chicos Malos. La calidad de sus guiones y dibujos le hizo ganar el sobrenombre de The Duck Man (El Hombre-Pato).

Cumpliría años la mierda de Theodor Dannecker, un hauptsturmführer (capitán) de las SS, que fue representante de Adolf Eichmann en París durante la ocupación alemana de Francia a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Desempeñó un importante papel en el exterminio de los judíos de los Balcanes y la Europa Central.

No está nada mal la Carey, nada mal para hombres y lesbianas, tiene público en ambos espectros de lo sexual. El hijoputa alemán solo está mencionado como muestra de algo que no debería haber existido jamás, una mierda sobre la que escupir. Barks es todo un señor, un hombre ingenioso y al que le debemos muy buenos ratos de la infancia. 
Y mientras tanto, la primavera viene fría, cosa que está bien para combatir los futuros calores.

Buen sexo.
Iconoclasta

jueves, 26 de marzo de 2015

Muerto


Está muerto todo.
Todo lo que valía la pena.
No hay noches en penumbra de cuentos de miedo y fantasía. A lo sumo, un malestar por hallar el control para cambiar esa mierda de canal.
El sueño y la magia son cadáveres encuadernados, secos y tatuados en papel.
Qué pena.

Consejo para suicidas


(del libro, Historia del mundo sin los trozos aburridos, pág.: 360)


Kostas Karyotakis (1896-1928) fue un modesto funcionario en la Grecia desgarrada por las guerras de principios del siglo XX. Su olvidada vida interior se intuye en el título de sus dos principales libros de poesía: El dolor del hombre y Remedios de los males. Las últimas horas de la vida de Kayotsakis son un poema en sí mismo, un poema moderno...
Tarde del 20 de Julio de 1928. Un hombre de treinta y dos años se arroja a las mismas aguas que surcaron Ulises y Agamenón. Al cabo de varias horas, la corriente devuelve su cuerpo a la orilla. Se levanta y regresa a su casa.
Duerme, desayuna, se viste con su mejor traje, compra una pistola, se sienta en la terraza de un bar llamado El Jardín Celestial, pide un café, fuma un cigarrillo tras otro, escribe una nota, la guarda en sus bolsillos, paga la consumición, da un paseo por la playa, se tiende al pie de un eucalipto... Encuentran su cuerpo con una bala en el corazón. La nota decía:
"Aconsejo a cuantos sepan nadar que no intenten jamás suicidarse tirándose al mar. Durante diez horas me estuve peleando con las olas. Tragué una enorme cantidad de agua y, sin saber como, de vez en cuando subía a la superficie. Seguramente alguna vez, cuando tenga oportunidad, escribiré las impresiones de un ahogado."


Ojalá lo hubiera conocido, le hubiera dicho que valía la pena suicidarse; pero antes tenías que escribir tus impresiones de ahogado y hacerme reír, mi querido y admirado poeta muerto.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Epigrama


¡Hostia puta qué daño!
La puta puerta...
(Adoro la filología que no aporta más beneficio que el desahogo culto y elegante)

martes, 24 de marzo de 2015

Unos guantes y un diccionario


He comprado unos guantes y un diccionario. Y caminando he pensado, porque es un mal inevitable pensar.
Y he imaginado morir aplastado por un camión.
Y lo que la gente se preguntaría al ver mis restos: ¿para qué quería usar guantes con el diccionario?
Y yo les respondería desde el otro mundo, que mis pensamientos se forman con palabras y muchas son sucias. Son todo lo sucias que puedo encontrar. Porque hay quien escribe de lo bello y a mí me ha tocado ser el carroñero.
Que está bien así, hay demasiados poetas. Prefiero la minoría aunque me joda, por eso me había comprado unos guantes, idiotas.
Y no por el  frío.
Para no envenenarme al fumar con mi propia suciedad. ¿Mejor así?
A veces, imaginar morir es una sorprendente sonrisa.

Una cruz en la cabeza


Hay una cruz clavada en mi cerebro, y la sangre escurre sobre las cejas creando una roja cortina en mis párpados. La cruz es solo una aleatoriedad, una rama de árbol con esa caprichosa forma, pero se le puede dar el simbolismo que a cada cual le salga de sus genitales.
Es un forma de morir como otra cualquiera. Yo me quedo con la más correcta: sin quejarse, sin perder demasiado tiempo.
Sin embargo, insultar está bien. Porque de lo contrario se corre el riesgo de morir y ser beatificado. Y sinceramente (nunca soy sincero, solo hijoputa), que te crean bueno y santo es humillante. Por eso la cruz que sangra en mi cráneo, la cruz es muerte y escarnio.
Y alardear de muerte es una forma de valentía como otra cualquiera.
Es una paranoia como el respeto a los demás. Nadie respeta a nadie, solo se soportan en el mejor de los casos, luego viene el desprecio, el hartazgo, el insulto y por fin una guerra.
Si nos soportan no nos respetan, solo son amables. Yo también se hacer eso, que nadie se crea demasiado sagaz y hábil. Los seres más básicos dominamos ciertas artes, es algo que va con la vida, con la supervivencia del día día.
Mejor dejaré el respeto solo para unos pocos. Muy pocos. Para alguno.
Necesaria y liberadora es la guerra, que en un planeta de moral hipócrita, es la única forma de matar sin ser juzgado, sin que se considere delito.
¿Alguien quería simbolismo? Tengo más, tengo la picha dura; podría concluirse que es un rigor mortis erectus, una forma de penetrar en la tierra como en vida hice en los coños. Hay partes del cuerpo más susceptibles con esto de la muerte.
Y con más ansia de protagonismo.
Pudiera ser que la cruz fuera un fetiche, una indecencia revestida de fútiles bondades.
De hecho, la cruz es la tolerancia al abuso y el amén a la mierda que come la peña.
He soñado  que habían ratas bajo mi cama y cuando les arrancaba la cabeza, eran personas. La cortina de sangre en mis ojos hacía interferencias de televisión y sus manitas en miniatura pedían piedad ya sin cabeza. Aún así, no sentía tristeza, solo una insoportable repulsión.
Y un Cristo ríe crucificado allá arriba, por encima de mis cejas, lo noto porque sus risas mueven la cruz y me mortifica.
Yo también me río, me parto. Esto es divertido de cojones.
Hay cosas que no deberían ser escritas... Y una mierda.
Todo se escribe si te conoces y te desprecias más profundamente de lo que cualquiera soñara poder hacer.
Esa mierda de cruz me irrita allá arriba, me la voy a fumar.
Clic... ¿Alguien me copia?
Corto y cierro.

lunes, 23 de marzo de 2015

Una tortuosa decoración



Siempre está la muerte para consolarme de una decoración banal e intrascendentemente barata. Tengo unas ganas de esconderlo detrás del inodoro...